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sábado, 11 de septiembre de 2010

Juventud y Adultez

Artículo mío titulado "Juventud y adultez", aparecido el 11 de septiembre de 2010 en el Diario la Razón:

"Un debate actual suscitado en los ámbitos de la sociología y la psicología es la cuestión del comienzo de la adultez. Los elementos de reflexión, introducidos recientemente por Effrey Jensen Arnett y precedidos por el concepto de «juventud» en Kenneth Keniston, plantean la posibilidad de reflexionar sobre la «adultez emergente», intentando expresar con este término la realidad social de los jóvenes que no se independizan del hogar paterno y retrasan, a su vez, la formación de un ámbito familiar propio, con todo lo que ello lleva consigo: posibilidad de parejas inestables, reducción de la natalidad, etc.
Quisiera referirme al transfondo de la cuestión: los hechos que se manifiestan en la «adultez emergente» tienen, en gran parte, sus raíces en la cosmovisión relativista de la existencia, que ha sustituido la relación ser-deber ser por la de nihilismo-eterno retorno. Es decir, en el primer planteamiento se afirma que para ser adulto hay un proceso: se parte de algo y se concluye en algo que de alguna manera ya estaba presente en el punto de partida, pero en la segunda concepción, en el relativismo, se obvia cualquier fundamento del ser y de la familia, así como de su desarrollo, de tal manera que a lo que se llega es a lo que libremente uno quiere llegar, sin tener en cuenta si esa decisión está de acuerdo con mi ser, con lo que yo soy. Eso ciertamente es grave, porque el hombre y las sociedades entran en un suicido existencial: prefieren la nada al ser, pensando que así serán más libres. Y puesto que la nada no se sostiene, en la visión relativista, al final, lo que termina predominando es el tener (dinero, prestigio, salud) sobre el ser (amor, donación).Es cierto que la contraposición ser-tener no es tal: es prioritario el ser, pero también es cierto que hay un mínimo tener indispensable para considerar que una vida es digna. Ahora bien ¿no será que hemos pasado del «mínimo tener» al «tener todo lo que se pueda» antes de salir de casa, para tener un compromiso estable, para tener hijos, etc.? ¿No estaremos ganando el mundo pero perdiendo el alma?"