Reproduzco el siguiente artículo de Rafael Ortega, Presidente de la Unión de Peridistas Católicos, publicado el 3 de mayo de 2009 en El Imparcial. Es una oportunidad para la reflexión...
"¡Ya está bien!
¡03-05-2009
¡Ya está bien! Lo que se está haciendo con la Universidad Católica San Antonio de Murcia y con su Presidente, José Luis Mendoza, no se puede tolerar más. Los intereses que están moviendo las descalificaciones continuas hacia Mendoza y toda su obra tienen unos orígenes y unos fines que responden, por un lado, a intereses particulares muy poco claros, y por otro, a políticos que benefician al PSOE murciano.
José Luis Mendoza ha llevado una vida intensa de trabajo y de estudio. Este trabajo y ese estudio se concretaron cuando a finales de los años 70 creó en Murcia una clínica de rehabilitación para enfermos con problemas psíquicos y psicomotores. Un gran reto pues en la capital murciana no había profesionales y tuvo que acudir a Madrid para contratar a los primeros. Su padre le prestó un edificio donde se formaron los primeros 150. Después llegaron los primeros convenios con varias universidades españolas y llegó a tener 10.000 alumnos en todo el país. Un gran negocio que Mendoza dejó cuando en 1991 decidió con su mujer, Lola, y los ocho hijos que el matrimonio tenía entonces, marchar a la República Dominicana por tres años para trabajar como misioneros seglares. La familia misionera con más hijos que había entonces en todo el mundo, y con uno que llegaba de camino. Mendoza cerró todos sus negocios. Indemnizó a sus trabajadores y se fue a ese país iberoamericano a convivir con los pobres, a evangelizar, a crear parroquias y a enfermar gravemente varias veces. Fueron años de misión. Tras esos tres años volvió a España sin trabajo, aunque con un patrimonio familiar que en ese momento estaba muy minusvalorado, por lo que tuvo que volver a empezar y crear una escuela de formación profesional.
A mediados de los años 90, Juan Pablo II publicó la Carta Apostólica "Ex Corde Ecclesiae", que está dedicada a las Universidades Católicas. Mendoza, tras sus experiencias profesionales y misioneras, pensó que había llegado la hora de crear un centro docente de esas características. Y lo hizo con el apoyo del entonces obispo de las diócesis de Cartagena, Monseñor Azagra. Nació, pues, en 1996, la Universidad Católica San Antonio de Murcia. Fue la primera creada por un laico con el apoyo de su obispo, repito con el apoyo total del prelado de la diócesis. Una institución docente y evangelizadora, que en la actualidad tiene más de 350 profesores, 150 miembros de personal administrativo y más de seis mil alumnos. Una universidad en donde la ética y la teología son materias obligatorias en todas sus carreras.
Pues bien, ahora Mendoza ha sufrido y sufre, junto a su mujer y sus 14 hijos, una persecución personal, que se concreta en amenazas de muerte escritas y telefónicas. Una grave situación propiciada por aquellos que han querido dividir a la diócesis ... Es una situación, repito, intolerable, pues la Santa Sede, con varios documentos ha dado toda la razón a José Luis Mendoza y a su obra, en contra de aquellos que han querido obtener la propiedad y que se han visto trasladados a otros espacios universitarios, a pesar de apoyos de "pájaros con pico largo". Por eso, y sólo por eso, y atendiendo a las indicaciones de la Iglesia y a su órgano ejecutivo, es decir al Vaticano, digo: ¡Ya está bien!"
"¡Ya está bien!
¡03-05-2009
¡Ya está bien! Lo que se está haciendo con la Universidad Católica San Antonio de Murcia y con su Presidente, José Luis Mendoza, no se puede tolerar más. Los intereses que están moviendo las descalificaciones continuas hacia Mendoza y toda su obra tienen unos orígenes y unos fines que responden, por un lado, a intereses particulares muy poco claros, y por otro, a políticos que benefician al PSOE murciano.
José Luis Mendoza ha llevado una vida intensa de trabajo y de estudio. Este trabajo y ese estudio se concretaron cuando a finales de los años 70 creó en Murcia una clínica de rehabilitación para enfermos con problemas psíquicos y psicomotores. Un gran reto pues en la capital murciana no había profesionales y tuvo que acudir a Madrid para contratar a los primeros. Su padre le prestó un edificio donde se formaron los primeros 150. Después llegaron los primeros convenios con varias universidades españolas y llegó a tener 10.000 alumnos en todo el país. Un gran negocio que Mendoza dejó cuando en 1991 decidió con su mujer, Lola, y los ocho hijos que el matrimonio tenía entonces, marchar a la República Dominicana por tres años para trabajar como misioneros seglares. La familia misionera con más hijos que había entonces en todo el mundo, y con uno que llegaba de camino. Mendoza cerró todos sus negocios. Indemnizó a sus trabajadores y se fue a ese país iberoamericano a convivir con los pobres, a evangelizar, a crear parroquias y a enfermar gravemente varias veces. Fueron años de misión. Tras esos tres años volvió a España sin trabajo, aunque con un patrimonio familiar que en ese momento estaba muy minusvalorado, por lo que tuvo que volver a empezar y crear una escuela de formación profesional.
A mediados de los años 90, Juan Pablo II publicó la Carta Apostólica "Ex Corde Ecclesiae", que está dedicada a las Universidades Católicas. Mendoza, tras sus experiencias profesionales y misioneras, pensó que había llegado la hora de crear un centro docente de esas características. Y lo hizo con el apoyo del entonces obispo de las diócesis de Cartagena, Monseñor Azagra. Nació, pues, en 1996, la Universidad Católica San Antonio de Murcia. Fue la primera creada por un laico con el apoyo de su obispo, repito con el apoyo total del prelado de la diócesis. Una institución docente y evangelizadora, que en la actualidad tiene más de 350 profesores, 150 miembros de personal administrativo y más de seis mil alumnos. Una universidad en donde la ética y la teología son materias obligatorias en todas sus carreras.
Pues bien, ahora Mendoza ha sufrido y sufre, junto a su mujer y sus 14 hijos, una persecución personal, que se concreta en amenazas de muerte escritas y telefónicas. Una grave situación propiciada por aquellos que han querido dividir a la diócesis ... Es una situación, repito, intolerable, pues la Santa Sede, con varios documentos ha dado toda la razón a José Luis Mendoza y a su obra, en contra de aquellos que han querido obtener la propiedad y que se han visto trasladados a otros espacios universitarios, a pesar de apoyos de "pájaros con pico largo". Por eso, y sólo por eso, y atendiendo a las indicaciones de la Iglesia y a su órgano ejecutivo, es decir al Vaticano, digo: ¡Ya está bien!"
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